domingo, 30 de enero de 2011

De la felicidad

Había alcanzado un grado impensable de relajación, calma y quietud, sentada sobre el trolley en el hall, batiendo todos los records habidos y por haber, hasta que el alarido proveniente del cuarto de estar me devolvió a la realidad y la patada en la maletita al duro suelo. No reproduciré las palabrotas del prejubilado, trampoco las amenazas, que no está el horno para bollerías. Mi amor, le dije, ¿qué te han hecho, quién ha sido?. Ya no me jubilo, en la p... vida, gritaba el majadero hecho un basilisco. "Estos lo arreglan todo con acuerdos; hemos llegado a un acuerdo hay que celebrarlo, da igual que el acuerdo sea una mierda, que un chantaje negociado. Todo sea por el consenso. Con eso se llenan la boca. Qué civilizados somos. ¿Quiéres que te saque los ojos?. Hombre si fuera tan amable de dejarme uno para no darme con las esquinas. Hecho. Te saco un ojo. Viva el consenso. Y esta semana viene la Merkel a pasarle examen al Presidente. Le tirará de las orejas porque aún no ha solucionado lo de las cajas de ahorros: "Te dije que sólo quiero un banco, pepelu". Le dirá que venda islas, como hizo con los griegos. Si total media Mallorca es suya, que más da que se queden con el resto. Y lo siguiente es la bajada de sueldos, me juego tus bragas".
La experiencia me aconseja que en situaciones así empatice con el energúmeno. Podría haberle dado la razón y demostrarle mi confianza y amor sin límites. Pero no. "¿Que no te vas a jubilar de una jodida vez, inútil?", grité fuera de mí. "¿Y para esto me sacas del Nirvana a golpe de zapatazo y tente tieso; sabes lo que vas a cenar?: una mierda".
- Una mierda es lo que nos van a dejar de pensión esta gente, si nos dejan. ¡Qué manera de dilapidar lo conseguido durante tantos años!
- ¿Sabes lo que tienes que hacer?, dije arrebatada.
- La revolución, respondió el muy tonto.
- No. Hazme un hijo y dame un parto en condiciones, de a 100.000$, como el que ha tenido la Pé, que lo mío siempre ha sido con cargo a la seguridad social y me merezco algo mejor.
- Mi vida, que te quedases embarazada sería un milagro y tendríamos que ir a Lourdes. Pero lo podemos intentar. Total, ya que no nos dejan más salidas.
Y así. ¿Qué les voy a contar?. Al menos se tranquilizó. Yo también. Para celebrarlo, esta mañana hemos comprado unos pingos en el mercadillo. Yo tarareaba encantada lo del "Ven a las rebajas" que suena en todos los partes metereológicos y me ha invitado a un vermú en el bar del polígono antes de volver a casa reventados de la caminata. Ahora está escuchando el partido por la radio cagándose en todo, y yo, ya ven, alcagüeteando con ustedes. ¡Qué bello es vivir!.

domingo, 9 de enero de 2011

Va de abuelitos


El abuelo de Pepe Blanco tuvo ocho hijos y vivió pocos años tras su retiro laboral, frente al padre de José Blanco, que solo tiene un hijo y vivirá mucho más. Dijo Rubalcaba, pretendiendo explicar lo que había dicho el mismo Blanco y nos dejó a todos con cara de haba, sin saber a qué cuento venía la historia familiar. De paso intentaba justificar el retraso en la edad de la jubilación. Entendido: Como no hay suficientes cotizantes hay que retrasar el cobro.
Lo malo de las personalizaciones es que te las dan en el mismo carrillo. Ejemplo: Si mi niño cobrara lo que Blanco y su sustanciosa pensión de ex ministro, nos ciscaríamos en la Seguridad social y su sistema de pensiones, francamente. Este es un buen caso de por qué no hay que intentar ser ejemplarizante.
Lamento continuar en desacuerdo, porque aún conservo en la memoria que no hace muchos años eran los inmigrantes los que iban a cotizar y asegurarnos las pensiones. Claro, ahora que la mayoría están en el paro o trabajando sin cotizar, no se sustenta el sistema. Pero el problema no es de ellos, es de que no hay trabajo y no hay trabajo porque han escondido el dinero, porque el dinero público se ha ido a las manos privadas y no retorna ni sale para reinvertir. Y miren, la culpa, se pongan como se pongan, no es nuestra, de los que nos hipotecamos, o pedimos créditos para el consumo, o tiramos de tarjeta para aprovechar las rebajas. No es nuestra porque la mayoría de nosotros lo devolvemos honrada y honrosamente con nuestros razonables ingresos fruto de nuestros trabajos, cuando los tenemos. ¿Quieren saber quiénes son los culpables?: Esos que se sientan, invitados, a la mesa de demasiado consejo de administración, cuando no de Palacio Presidencial.
Se siguen oyendo voces contra el sistema público, contra las administraciones autonómicas, y estoy segura de que se podrían recortar, empezando por tanto parlamentario cuyo número sería perfectamente reducible sin que se resintiera el sistema, por sus dietas, sus sueldos, sus pensiones sin tantos años de cotización, etc. Empiecen por el principio, cojan la bandera y sírvannos de guía; les seguiremos a regañadientes, pero les seguiremos.
Tarea para personal becario: Estadística de cuántos cargos públicos tienen puesto de trabajo si se quedan sin el carguito. Variable: ¿El retorno lo harían con gusto?.
Pueden añadir preguntas al cuestionario. Nunca se hará.

sábado, 8 de enero de 2011

La ignorancia


Y dijo alias Benedicto XVI que Dios estaba al otro lado del Big Bang.
Y dijo esta humilde P que no era Dios lo que se encontraba allí, sino la ignorancia.
Porque tras el límite al que llega la ciencia está lo desconocido, lo por descubrir, lo ignoto, la ignorancia. Habrá quien quiera llamarlo Dios y construir un mundo de fantasías a su alrededor. Prefiero llamarlo ignorancia. Mentalmente me parece más higiénico, más sano.
Amén.
“Quienes pueden hacer que creas en absurdos pueden lograr que cometas atrocidades”.
Voltaire.

Vueltas en la red


Hoy me he desayunado leyendo el artículo del Diario de Noticias en el que Xabi Larrañaga trata sobre la hipótesis: ¿Torturaría usted a quien estuviera a punto de volar el Camp Nou en el Barça-Madrid? Eso preguntó a sus lectores Inocencio Arias antes del partido. Diplomático jubilado, se hace llamar ahora, y nunca estuvo mejor dicho. Añadiendo dramatismo a la hipótesis afirmó que en el estadio habría cien mil personas y que sólo faltarían 32 minutos para que la bomba explotase. Sea franco, ¿torturaría usted en tal caso?, insistió Inocencio, todo inocencia.

Bueno, me dije, esto no es novedoso, esto es darle la vuelta al dilema de toda la vida de si anteponer el bién común al particular. El principio maquiavélico de "El fin justifica los medios". Recuerdo la obra "En la red", del innombrable Alfonso Sastre, que para escándalo y revulsivo de la sociedad española de los 60 y 70 del milenio pasado, planteaba el problema de si un grupo terrorista tendría que cometer un atentado sabiendo que habría víctimas ¿inocentes?, ¿hay víctimas culpables merecedoras del castigo, al estilo del infierno cristiano?. Nada nuevo bajo el sol. Ese conflicto dramático también lo han tratado infinidad de autores de una u otra manera. La diferencia, el matiz, está en la palabra "tortura", que si entráramos a afinar podríamos considerar como un daño menor sobre la muerte o lesiones irreversibles. ¡Qué tiempos en que soñábamos cambiar la sociedad desde el escenario!.
¿De qué se escandaliza, pues, el Sr. Larrañaga?, ¿de que el péndulo se encuentre en el extremo de la derecha, que se plantea lo que la izquierda lleva años dándole vueltas?. Sí, eso es, el enfoque, el punto de vista, el que los "contrarios" se planteen la cuestión, liderada por la duda moral de Felipe González de si habría dado la orden de volar a los asesinos que perpretaron el crimen de la T-4 para salvar a las víctimas de aquel atentado.
Miren, voy a concluir a mi manera: desde los 70 del franquismo, la violencia terrorista no ha dejado de anteponer la prioridad del fin sobre los medios, primero liderando la liberación del yugo franquista y después la independencia territorial y la salida de una situación a la que no saben poner fin. Que al Estado lo condenen porque unos guardias civiles han ejercido torturas tampoco es bueno. Lo malo es justificar una violencia, la que sea, porque se está justificando la contraria, y no me vengan con que unos están obligados al respeto de las leyes y los otros no, porque entonces sí estarán obligados al cumplimiento de la pena. Son las reglas del juego y hay que asumirlas.
Otra generación perdida en dudas.

domingo, 2 de enero de 2011

Tiemble 2011


Francamente, que el del Prestige quiera seguir chupando del voto, digo bote, me importa un pepino, es lo que cabe esperar cuando no se les pone limitación a su vida ¿laboral?. Lo que me preocupa es el cafelito que me ha quitado el prejubilado a costa de la subida de luz y gas. "Ya lo ha dicho el de la bombilla"; nosotros le llamamos así no porque se le encienda la idea en el hipocampo, sino por el regalo duplicado aquel de la bombillita ahorradora. Ya saben que no hablamos del cantante Raphael, sino del ministro de industria y energía, el del sí a todo lo que le pongan por delante las empresas, la verdad es que tampoco se distingue del resto del Gobierno, que se podían ahorrar los Consejos de Ministros y ponernos las órdenes de embajada, consejo de dirección, o lo que se tercie. Es que es verlos aparecer en la telepantalla y echarnos a temblar como en una película de terror: Que sale el de trabajo, sube el paro; que el de economía, tiramos las acciones que no tenemos por la ventana; que el de industria, apaga la luz que ya vemos con la farola de la calle; que la de cultura, se ha acabado el dinero, vean a la Belén Esteban; y así se nos pasa el rato, de susto en susto parapetados tras el sofá. Lo sintetiza divinamente él: "Este ya sabía lo que se hacía regalando bombillas, no es que regalara el dinero a los fabricantes intentando congraciarse con los votantes, es que estaba anunciando la que se venía encima. No sé por qué no regaló velas".
Veíamos ayer una película de esas de acción, carreras de coches, patadas y chica en peligro, Trainsporter3, que le chiflan al prejubileta, yo me quedo con la exhibición de músculo y pelo en pecho, y me dió por reflexionar, sí lo sé, un milagro, a costa del guión, con chantajes de empresa contaminadora y tal al ministro del ramo, y me dije: como la vida misma; y cuando reventaron los malos me dije: pues no. Si es que la ficción nos endulza la amarga realidad. Ya ven lo que da de sí una peli de acción. Se lo solté al íncubo al acostarnos y me animó a seguir por la senda de la meditación: "Acabarás escribiendo el TAO de la fregona, o el arte de la guerra cocinilla". Cogí El País y le leí el artículo "Temible 2011" de Vicente Verdú, con el mismo resultado que si hubiera leído la historia de Cenicienta, pueden imaginar, pero cometí un error de lectura nada más comenzar: "Tiemble 2011", dije, y claro, ahí ya se tapó la cara con la sábana y no quiso saber más. Cuando le pregunté susurrando a su oído si íbamos a cambiar nuestras deudas de entidad bancaria, en el supuesto de que nos lo permitan, me respondió: "Qué más da, si van a acabar todas fusionadas en un monopolio". Y se durmió otra vez.
Que tengan ustedes un Feliz año.
Nunca antes el mundo, tan transparente para la ciencia, la biología o la óptica, ha sido tan confuso para las ciencias humanas, entre las cuales la economía ha cambiado su benéfica administración de los recursos por su perversa condición de hacer el mal. Arrinconar a los más pobres, arruinar a los incautos, someter de la humillación al poder político. ¿Qué norma impide a la política encarcelar a la mafia especulativa, neutralizar a los que hunden la solvencia de un país para lucrarse con el incremento de su menesterosidad?.
Vicente Verdú

 
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