miércoles, 13 de junio de 2012

¿Vergüenza?

No, no tengo vergüenza, anónimo insultante. Ni falta que me hace. Hace mucho tiempo que la dejé por el camino. Mire: Me daría vergüenza falsear las cuentas de resultados si dirigiera un banco. Hipotecar a un país entero para rescatar a bancos que han falseado sus cuentas de resultados. Pagarme los gastos con el dinero público y negarme a rendir cuentas. Cobrar comisiones ilegales. Aprovecharme de mi condición para abusar de niños-as. Creeerme designado por Dios y tener poder para perdonar las faltas ajenas. Obsesionarme con las personas homosexuales. No condenar a los puteros y proxenetas y hacerlo con las putas. Insultar a los drogadictos y no a los traficantes. Multar a las putas y hacer una amnistía fiscal para el dinero negro de los proxenetas, de los traficantes de drogas, de los mafiosos, de los especuladores, de los traficantes de armas, de los que esconden su dinero a hacienda, de los explotadores... Bajar sueldos y subirme el mío. Hacer pasar hambre y miseria. Explotar a niños, a mujeres, a inmigrantes, a todo el mundo. Vivir a costa de los demás y no precisamente con subsidios y ayudas. Mentir a los ciudadanos a los que represento. Engañar y no cumplir mis propuestas. Creerme que tengo poder para hacer lo que me de la gana porque me han votado. Creerme superior. Creerme mejor. Matar a semejantes. Ordenar matar a semejantes. Matar animales por diversión. Explotar recursos. Expulsar a gente de sus tierras, de sus casas. Exhibir impúdicamente mi riqueza. Aislarme para no rozarme con los parias. Imponer mis creencias. No respetar los derechos ajenos. Acosar, amenazar, extorsionar, intimidar, forzar. Ampararme en el anonimato para insultar. Todo esto y mucho más me daría vergüenza, pero no escribir con sentido del humor de lo que me venga en gana y reírme, sí, reirme de los sinvergüenzas que creen tenerla.

martes, 12 de junio de 2012

Un cuento fantástico

Hala, pues ya estamos semi rescatados. Nos falta la firma, que habría que evitar a toda costa, por eso lo de semi. A mí, me van a perdonar, pero estas cosas me remiten a la infancia, cuando en las películas, los tebeos y la literatura, a las mujeres nos rescataban siempre. Nos secuestraban, o sea nos intervenían, y luego llegaba el héroe y nos rescataba para llevarnos a comer perdices. No es que hayan cambiado mucho las cosas: de vez en cuando surge una historieta con protagonista femenina que se lía a porrazos con los malos y se lame las heridas, eso sí más sola que la una: la misma catwoman es un ejemplo. De lamer sus patitas y de soledad. Los tiempos, que van cambiando. Francamente, ni en mis peores fantasías me veía rescatada por una walkirira y una cuadrilla de lechuguinos con traje negro, de las garras de un malvado barbudo con sociofobia, o agorafobia, o fobia a secas. De lo que sea. Que se esconde más que una tortuga que tuvimos en casa y creíamos que comía la lechuga a escondidas, hasta que descubrimos que se la zampaba la tía abuela cuando no la veíamos. Intentamos hacer una sopa con ella, con la tortuga, no con la tía abuela, pero salió un mejunje maloliente, como los pies de la pobre señora, que acabó por el retrete. La sopa tortuguera, queda claro, no vaya a ser que se dediquen a buscar los restos de la mujer, que estaban en el campo santo.
A ver si me concentro. Que soñaba con verme rescatada cogida de la cintura por un tipo con mallas verdes colgado de una cuerda, o en taparrabos sujeto a una liana, con mona incluída, o vestido de pirata y colgado del cabo del velamen de una nave, o sea de otra cuerda. Siempre colgada. Así tuve la juventud que tuve: colgada y con mono, que no mona. Si es que te influyen desde pequeña y pasa lo que pasa. Con echarle luego la culpa al movimiento hippy todo arreglado. Y no.
En fin, que vamos a pagar los platos rotos de los banqueros, sin siquiera enterarnos de dónde está la pasta. Dicen que en ladrillos, pero no me lo creo. Para mí que pasó como en la CAN: que si crédito a 0% de interés y a devolver por los biznietos de personajes, partidos políticos, negocios varios, etc. Por eso no quieren que se sepa. ¡Pero si no pasa nada! Con la CAN nos enteramos y ya ven, seguimos celebrando la semana del pintxo todas las semanas, que hay que dinamizar el consumo, y si de paso te colocas, pues mira, entre el vino y el fútbol tan contentos. Lo que me pregunto es qué va a pasar cuando se acaben los dineros y no llegue ni para vino. Me acuerdo de mi infancia, que los que iban de vinos eran cuatro conocidos y reconocidos. Y cocidos a perpetuidad. El futuro que nos espera es el pasado. El de la alpargata y el guardapolvos, que no es un condón, sino una bata. O aún peor, que ya le han puesto nombre: NEM (nueva edad media). Lo dicho: el tipo de las mallas verdes. Lo que pasa es que me va a pillar como una de las brujas de Macbeth y no me van a rescatar ni para hacer de la bruja avería. Claro, que por lo que leo, el tipo rescatador es el tal Obama, así que la historia, y la fantasía, dan un giro colorista. Lo que hay que soñar. No me digan que no da para un guión de lo que sea: El rescatador morenito, liado con la walkiria y la francesa esa de los fulares, rescatando a la bruja borracha y echándosela a los cortesanos para que la devoren. Fin.
Vestuario: Made in China.
Complementos: Fal Sos.
Calzado: No hay de ese número.
Peluquería y maquillaje: La de toda la vida, a ver si cobra algo la pobre.
Cuerdas y lianas: "La picha un lío". Especialistas en nudos gordianos.
Producción: De Sastrosa.
Dirección: Invi Dente.
 
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