martes, 29 de junio de 2010
Cuestionamiento
Si no estaba claro, desde ahora les digo que una no es partidaria del museo de los sanfermines, más que nada porque no están los tiempos para dispendios de dudosa rentabilidad y porque la fiesta no me parece museable. Entiendo que se quiera sacar el money del turista que, a falta de otras ofertas, se interesa por el recorrido del encierro y la curva donde se caen los toros. Total, para que anden por la calle tomando potes caros en la Estafeta, al menos que acaben el recorrido y aflojen la pasta al consistorio. Se les pone cuatro fotos y unos videos edulcorados y que compren camisetas.
Ahora me empiezo a cuestionar. Un museo debiera cubrir la misión de memoria histórica de lo que presenta. Me explico. Los sanfermines no son solo el encierro y los políticos tomando el vermú en el apartado, como Goya son sus cuadros y la historia que representan y la plaza de toros durante la corrida es la solanera y la sombra. Todo es más de lo que aparenta. También lo son las peñas, entre otras muchas cosas. Lo ocurrido en los años 2009 y 2010 merece ser exhibido en ese museo: Las pancartas negras de la protesta, la denuncia y la sentencia. No es que lo que hicieron las peñas merezca mi apoyo, al contrario; como no pienso que las peñas sean la sal de la fiesta, tampoco pienso que la fiesta sea como la del pilar, por mucho que se empeñen en santificarla. Sí creo que en ese improbable museo debiera existir un botón que, al pulsarlo, mostrara un audiovisual con lo acontecido en estos dos años. Eso es museable. Es historia de la fiesta, de la política y de la ciudad. Mal que les pese.
Por si quedaban más dudas, también podían exhibir imágenes, si las hay, de la única vez que estuve en la solanera y me tuve que marchar antes de que acabara la lidia del primer toro, bien pringada y humillada por el machismo alcohólico de la muchachada, que además me insultaba por no reirles las gracias. Esto por si se creían imprescindibles y esenciales. Tal vez no fuí disfrazada de rastafari con una corte protectora.
De nada.
Ahora me empiezo a cuestionar. Un museo debiera cubrir la misión de memoria histórica de lo que presenta. Me explico. Los sanfermines no son solo el encierro y los políticos tomando el vermú en el apartado, como Goya son sus cuadros y la historia que representan y la plaza de toros durante la corrida es la solanera y la sombra. Todo es más de lo que aparenta. También lo son las peñas, entre otras muchas cosas. Lo ocurrido en los años 2009 y 2010 merece ser exhibido en ese museo: Las pancartas negras de la protesta, la denuncia y la sentencia. No es que lo que hicieron las peñas merezca mi apoyo, al contrario; como no pienso que las peñas sean la sal de la fiesta, tampoco pienso que la fiesta sea como la del pilar, por mucho que se empeñen en santificarla. Sí creo que en ese improbable museo debiera existir un botón que, al pulsarlo, mostrara un audiovisual con lo acontecido en estos dos años. Eso es museable. Es historia de la fiesta, de la política y de la ciudad. Mal que les pese.
Por si quedaban más dudas, también podían exhibir imágenes, si las hay, de la única vez que estuve en la solanera y me tuve que marchar antes de que acabara la lidia del primer toro, bien pringada y humillada por el machismo alcohólico de la muchachada, que además me insultaba por no reirles las gracias. Esto por si se creían imprescindibles y esenciales. Tal vez no fuí disfrazada de rastafari con una corte protectora.
De nada.
domingo, 27 de junio de 2010
Ellos se lo pierden
Posiblemente nos quedemos sin capitalidad cultural, como nos hemos quedado sin cementerio relevante, y eso que tenemos el mausoleo de Julián Gayarre, pero como si no. En una ocasión le explicaba a un escocés el por qué del nombre del Teatro Gayarre, y como si nada. Es lo que tiene el mundo, que no se entera de lo que tienen aquí. Ellos se lo pierden. Alguna vez se darán cuenta de que tenemos hasta circuito de velocidad, pero eso será si lo inauguran con una prueba de relevancia international, y no una jornada de puertas abiertas a doblón para que lo degusten los lugareños y vean lo que les aimos hecho. Lo más gracioso fué el anuncio a toda página de construcciones Samaniego (página 11 del Diario de Noticias 25/06/2010), justo un día antes de que apareciera el informe de la Cámara de Comptos diciendo que el Gobierno favoreció a la constructora. "Construímos futuro" decía el anuncio. Lo que hay. Que no lo sabemos valorar. Ni nos valoran. Lo que se pierden.
A la orilla de un pozo,
sobre la fresca yerba,
un incauto Mancebo
dormía a pierna suelta.
Gritóle la Fortuna:
«Insensato, despierta;
¿no ves que ahogarte puedes,
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan,
los unos de inconstante,
y los otros de adversa.
Reveses de Fortuna
llamáis a las miserias;
¿por qué, si son reveses
de la conducta necia?»
El muchacho y la fortuna
de Félix María Samaniego
A la orilla de un pozo,
sobre la fresca yerba,
un incauto Mancebo
dormía a pierna suelta.
Gritóle la Fortuna:
«Insensato, despierta;
¿no ves que ahogarte puedes,
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan,
los unos de inconstante,
y los otros de adversa.
Reveses de Fortuna
llamáis a las miserias;
¿por qué, si son reveses
de la conducta necia?»
El muchacho y la fortuna
de Félix María Samaniego
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