domingo, 2 de enero de 2011

Tiemble 2011


Francamente, que el del Prestige quiera seguir chupando del voto, digo bote, me importa un pepino, es lo que cabe esperar cuando no se les pone limitación a su vida ¿laboral?. Lo que me preocupa es el cafelito que me ha quitado el prejubilado a costa de la subida de luz y gas. "Ya lo ha dicho el de la bombilla"; nosotros le llamamos así no porque se le encienda la idea en el hipocampo, sino por el regalo duplicado aquel de la bombillita ahorradora. Ya saben que no hablamos del cantante Raphael, sino del ministro de industria y energía, el del sí a todo lo que le pongan por delante las empresas, la verdad es que tampoco se distingue del resto del Gobierno, que se podían ahorrar los Consejos de Ministros y ponernos las órdenes de embajada, consejo de dirección, o lo que se tercie. Es que es verlos aparecer en la telepantalla y echarnos a temblar como en una película de terror: Que sale el de trabajo, sube el paro; que el de economía, tiramos las acciones que no tenemos por la ventana; que el de industria, apaga la luz que ya vemos con la farola de la calle; que la de cultura, se ha acabado el dinero, vean a la Belén Esteban; y así se nos pasa el rato, de susto en susto parapetados tras el sofá. Lo sintetiza divinamente él: "Este ya sabía lo que se hacía regalando bombillas, no es que regalara el dinero a los fabricantes intentando congraciarse con los votantes, es que estaba anunciando la que se venía encima. No sé por qué no regaló velas".
Veíamos ayer una película de esas de acción, carreras de coches, patadas y chica en peligro, Trainsporter3, que le chiflan al prejubileta, yo me quedo con la exhibición de músculo y pelo en pecho, y me dió por reflexionar, sí lo sé, un milagro, a costa del guión, con chantajes de empresa contaminadora y tal al ministro del ramo, y me dije: como la vida misma; y cuando reventaron los malos me dije: pues no. Si es que la ficción nos endulza la amarga realidad. Ya ven lo que da de sí una peli de acción. Se lo solté al íncubo al acostarnos y me animó a seguir por la senda de la meditación: "Acabarás escribiendo el TAO de la fregona, o el arte de la guerra cocinilla". Cogí El País y le leí el artículo "Temible 2011" de Vicente Verdú, con el mismo resultado que si hubiera leído la historia de Cenicienta, pueden imaginar, pero cometí un error de lectura nada más comenzar: "Tiemble 2011", dije, y claro, ahí ya se tapó la cara con la sábana y no quiso saber más. Cuando le pregunté susurrando a su oído si íbamos a cambiar nuestras deudas de entidad bancaria, en el supuesto de que nos lo permitan, me respondió: "Qué más da, si van a acabar todas fusionadas en un monopolio". Y se durmió otra vez.
Que tengan ustedes un Feliz año.
Nunca antes el mundo, tan transparente para la ciencia, la biología o la óptica, ha sido tan confuso para las ciencias humanas, entre las cuales la economía ha cambiado su benéfica administración de los recursos por su perversa condición de hacer el mal. Arrinconar a los más pobres, arruinar a los incautos, someter de la humillación al poder político. ¿Qué norma impide a la política encarcelar a la mafia especulativa, neutralizar a los que hunden la solvencia de un país para lucrarse con el incremento de su menesterosidad?.
Vicente Verdú

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