sábado, 6 de febrero de 2010

De marketing

El “Product Placement (emplazamiento de producto)”, en adelante PP, es una técnica publicitaria consistente en colocar el producto publicitado formando parte de la trama de una película, serie o programa. Es decir, no se hace una publicidad descarada del producto, alabando sus cualidades y ventajas, sino que es un elemento más, natural, del decorado. Los personajes pueden hacer uso de él, incluso comentarlo como un parte del guión, o encontrarse situado pasiva, estáticamente, a la vista. Es decir, la madre de Aída dice que está estreñida y se toma el laxante “tal”, de efecto fulminante, o vemos que ha desayunado la leche marca “cual”, cuyo brick está sobre la encimera.
El “PP” actúa de una manera sibilina, no se esconde y se deja ver de una forma constante, pero no nos cuenta sus excelencias. Está como agazapado, sabiendo que no va a haber otro “PP” con el que comparar y que le haga la competencia. Sin duda, el mejor “PP” es el que aparece de una manera continuada, ya que el consumidor lo elegirá indubitadamente al ser un producto conocido y de atribuida confianza, pese a ignorar sus virtudes y defectos; la elección se basará en el procedimiento de selección por afinidad, por descarte, por el “me suena”. No hay más comparación. En otros casos, el cliente se decanta por las “marcas blancas”, pero siempre con la duda de qué está comprando, quién está detrás y qué garantías tendrá en el futuro, o qué clase de servicio técnico soportará las averías o problemas que puedan surgir. Siempre permanecerá la duda de elegir un producto de inferior calidad.
Una ventaja añadida es que el “PP” no hace uso de la publicidad comparativa, técnica agresiva que exige desvelar las diferencias con el producto comparado y que puede despertar la desconfianza en el consumidor, provocando un indeseado efecto “rebote”.
En conclusión: El “PP” es un sistema altamente rentable con escaso riesgo en la elección, excepción hecha del desgaste y desencanto en el producto a medio y largo plazo, pero ese es el mismo proceso por el que el consumidor decidió ser infiel a su marca anterior.
No sé si me he explicado bien.

1 comentario:

  1. Pues el cliente no tiene que tener duda de las garantias que existen con las marcas blancas, para que nos vamos a engañar muy pocas, los productos de marca blanca nunca tienen la garantía y la calidad de las Marcas originales asi que la diferencia en el precio de las cosas es por algo, no por capricho (como en todo hay alguna excepción)

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