jueves, 10 de diciembre de 2009

Aminatu


Desde que saltó el escandalazo Aminatu Haydar he querido decir algo, pero lo encontraba todo ya en los artículos que leía, o tal vez no se me ocurría nada y simplemente estaba de acuerdo con lo que escribían los demás.
Cuanto más tiempo pasa más se enreda el problema y más sinvergonzonerías se escuchan. Hoy le he oído decir al ministro de Justicia marroquí, que la culpa de lo que pasa es de Aminatu: ¿Quién la obliga a hacer una huelga de hambre?
Voy a contener mi lengua, dada a soltar el calificativo con rapidez.
Que no se nos olvide el origen del problema: Marruecos, país que se hizo de mala manera con el Sáhara para no hacer nada por él, demuestra su amor por los Saharuis quitándoles el pasaporte y poniéndoles en un avión rumbo a otro país, en este caso el nuestro, España.
Esto, que va contra el más simple derecho de cualquier ciudadano, convierte en culpable a la víctima y organiza un escándalo monumental, trufado de declaraciones vergonzosas por parte de los dirigentes de los dos países, y ya de paso de los que tenemos alrededor.
No voy a decir nada de Marruecos, un pais feudalista del que no se puede esperar gran cosa, excepto que su Rey se aficione a los placeres parisinos, que no a sus "Luces".
Sí voy a decir algo de mi país: me da vergüenza su incapacidad de solucionar este problema.
A usted le invito a ponerse en el lugar de esta mujer. Imagine que usted llega al aeropuerto y la policía le quita el pasaporte y le factura a Marruecos, donde al llegar usted es nadie. ¿Qué le parece, no se le ponen los pelos como escarpias? ¿Usted qué haría? Y ahora piense que usted no tiene relevancia política alguna, que es un desconocido, que nadie le va a prestar su apoyo. ¿Comprende por qué el derecho y su respeto es tan esencial?
Dicho.

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