Lo contaré: Con su carita angelical se defendió inutilmente. "No es necesario, te lo juro, no ha habido motivo", pero yo estaba dispuesta a todo y su error fué resistirse. Esgrimí el peine eléctrico y le asesté una descarga que le ha dejado convaleciente. No entraré en detalles sanguinolentos. En mi descargo diré que no tengo buen pulso. Errar es humano. Dejémosolo así, porque hay otras causas que desequilibran mi inestabilidad mental. A ver, como pacienta ¿podría exigir que en la consulta ginecológica se exhibieran los títulos de la personita que se asoma a tu entrepierna?. Lo digo porque me inquieta esa libertad formativa que se atribuye, por ejemplo, la Universidad de Navarra, que dice que no piensa formar a sus alumnos de medicina en abortos y técnicas similares. Pónganse en nuestra situación: despatarrada en la camilla, con alguien que acabas de conocer hurgándote los entresijos, levantas la vista a la pared y descubres que cursó la especialidad en un centro que no considera ético formarle en chichilandia y que te está explorando con las gafas de sol puestas y apunto de vomitarte en la joya de la familia, ese lugar pecaminoso. ¿Tengo derecho, o no, a soltarle una patada en los morros y alegar pánico incontenible?. A ver Erenchun, tú que opinas. Pues en esas estamos, que no sabemos lo que sabe la sapiente persona que tienes entre las patas y con qué nivel de ignorancia se sacó el cum laude.
Yo se lo explico al de la regulación, postrado en la cama mientras le aplico tintura yodada en las heridas de guerra: Mi amor, hazte una idea. Os pasais la vida temiendo la exploración de próstata y no tiene punto de comparación. Si no hace falta irse por ahí para protestar, con lo que tenemos en esta tierra, que es la monda, que vas a la farmacia a comprar dentífrico y te dicen que tienen objeción de conciencia dental, que no hubieras comido golosinas y te aguantes la caries, pero que tienen una crema con colágeno que va ideal para los labios y así no se notará que te faltan los piños. A lo que hemos llegado.
Así que me he dado a la lectura. Observé un tumulto en la puerta de la tienda de revistas y me dije: "pelea, pelea", y me eché a la calle dispuesta a sacar la rabia que no me deja engordar. ¿Saben lo que pasaba?, que había salido a la venta la revista con las fotos de Belén Esteban y su reconstrucción napial, o facial, y había bofetadas por ver el resultado. Cuando me asomé por encima del hombro de una señora muy bajita que tenía un ejemplar, no pude contenerme y exclamé: "Pero si es la Rociíto", se armó la marimorena. Que si no, que si sí, que esa napia la quiero para mí. Vean, comparen y díganme si tengo, o no razón. ¿Comprenden por qué desde ese día no despego mis ojos de las lecturas? Para que digan que la TV nos atonta y nos vuelve incultos. Yo no sé para que van a la Universidad, tus padres se gastan un pastón, no aprendes nada y te pasas la vida escudándote en la conciencia para no ejercer. Con lo que se aprende en la pantalla plana. Si es que...
Yo se lo explico al de la regulación, postrado en la cama mientras le aplico tintura yodada en las heridas de guerra: Mi amor, hazte una idea. Os pasais la vida temiendo la exploración de próstata y no tiene punto de comparación. Si no hace falta irse por ahí para protestar, con lo que tenemos en esta tierra, que es la monda, que vas a la farmacia a comprar dentífrico y te dicen que tienen objeción de conciencia dental, que no hubieras comido golosinas y te aguantes la caries, pero que tienen una crema con colágeno que va ideal para los labios y así no se notará que te faltan los piños. A lo que hemos llegado.
Así que me he dado a la lectura. Observé un tumulto en la puerta de la tienda de revistas y me dije: "pelea, pelea", y me eché a la calle dispuesta a sacar la rabia que no me deja engordar. ¿Saben lo que pasaba?, que había salido a la venta la revista con las fotos de Belén Esteban y su reconstrucción napial, o facial, y había bofetadas por ver el resultado. Cuando me asomé por encima del hombro de una señora muy bajita que tenía un ejemplar, no pude contenerme y exclamé: "Pero si es la Rociíto", se armó la marimorena. Que si no, que si sí, que esa napia la quiero para mí. Vean, comparen y díganme si tengo, o no razón. ¿Comprenden por qué desde ese día no despego mis ojos de las lecturas? Para que digan que la TV nos atonta y nos vuelve incultos. Yo no sé para que van a la Universidad, tus padres se gastan un pastón, no aprendes nada y te pasas la vida escudándote en la conciencia para no ejercer. Con lo que se aprende en la pantalla plana. Si es que...
No hay comentarios:
Publicar un comentario