Va a parecer que tengo intereses en el tema, pero me da igual; la verdad es que lo único que me interesa es la salida que se les pueda dar a las prostitutas que se anuncian en medios de comunicación, si se les va arrinconando y negándoles la, posiblemente, única opción profesional a la que pueden optar, me refiero, naturalmente, a las que ejercen de una manera, digamos, libre. Había pensado si podrían acceder al paro tras pasar toda una vida en negro (por lo de invisible y cobro en), vamos, pese a no haber cotizado. Una medida generosa por parte de un gobierno en ruina económica al que no le importa que sus apoyos políticos insulten a sus correligionarios e incluso los tachen de terroristas. Pensé también en una reunión de las profesionales con el presidente, al estilo de las grandes empresas constructoras, con la carta por debajo de la mesa de: "o metes más pasta o cerramos el negocio y tú verás qué haces con esa gente en la calle", pero visto lo visto me inclino por la fundación de un partido político. Que no se me ofendan los políticos #decentes y sí los #indecentes (tache lo que no proceda). Cuánto daño ha hecho el pragmatismo, si William James levantara la cabeza, qué diría al ver en qué se ha convertido su filosofía. Se habrán dado cuenta que prefiero votar a una puta carnal que a un político mendicante, mísero, pobre de pedir que dijo la Espe, y eso que todos nos dejamos muchos pelos en la gatera de la coherencia y la decencia, que hay que hacer muchas filigranas para llegar a final de mes. Vamos, que una se define como convergente, con una confusa C en las siglas que sugiere centrismo, y lo mismo le da hacerse el ENA (no olvidemos a Ion Gurutze) en el parque de Antoniutti, que aliarse con el PP y regalarle sus escaños y su voz. Como da igual arremeter contra los cuentos infantiles y no llegar hasta el final, porque en el final de Cenicienta, Blancanieves & co. están el beso del Príncipe y las perdices. Osea que no es únicamente machismo, es monarquía y vida muelle, porque casualmente, caperucita no se casa con el leñador, quiá, a trotar por el bosque hasta que salga el de azul de la espesura y se la lleve a su palacio, de él, en su caballo de él, mientras el pueblo sigue comiendo bellotas. ¿Dije azul?. ¿No es azul el color del partido pretendido?. Ya ven, se han cambiado las tornas, el factor femenino toma las riendas. Corren nuevos tiempos y el pretendiente es el menestoroso. Por cierto, ustedes se acordarán de dichos populares referidos a ese oficio que, según la Bibiana, no es el más antiguo del mundo: Miente como las putas; se tiraban de los pelos como las putas, etc. Hagan la prueba de buscar a aplicárselos a ese conglomerado partidista que lo hace todo por el pueblo pero sin el pueblo, incluso a costa del pueblo y díganme si no votarían al partido de las HETAIRAS, un partido sin doblez. Yo sí, te pongas como te pongas, Bibi.
¡Qué duro es vivir!
¡Qué duro es vivir!
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