viernes, 29 de octubre de 2010

Días imposibles

¡Me duele más que a tí tener que cruzarte la cara!. ¿Les suena?. "Me ha dolido votar que no", leo que afirmó Ángel Arrondo, a la sazón concejal y portavoz del Partido socialista en Barañain, al rechazar La propuesta del edil de IU, Miguel Ángel Aizkorbe, que pedía al Consistorio que se sumase a la conmemoración del centenario de su nacimiento, que impulsara actividades encaminadas a dar a conocer su vida y obra, que apoyara las que realizan las distintas instituciones culturales en la ciudad, así como que apoyara a la familia, instituciones y asociaciones, en su petición ante el Tribunal Supremo, para que se revise su proceso penal y se anule definitivamente su condena.
De los otros grupos, de la derecha, no se puede esperar otra cosa, hasta ahí llego, pero como reconozco mi burrez, no entiendo la postura del PSN. Por eso, señor Arrondo, yo le agradecería muy mucho que me explicara su dolor y su negativa. De verdad, sin acritud. Es que no le entiendo. Y mira que soy comprensiva, porque yo también acostumbro ponerme una pinza en la nariz cada vez que voto, que no crea que no es un esfuerzo no dejarme arrastrar por la náusea y refugiarme en el absentismo, quiá, que ustedes se olvidan con enorme facilidad de lo que proponen, lo que hacen, lo que dicen que piensan y lo que descubrimos después en su quehacer.
El pasado 16 asistimos al concierto de Serrat en el Baluarte: Hijo de la luz y de la sombra, canciones compuestas con textos de Miguel Hernández, una gloria de espectáculo que me emocionó hasta el llanto. No sé si usted lo vió. Me gustaría que lo hubiera visto, sinceramente, porque ví a políticos de la derecha pululando por la sala, claro que nunca sabes los motivos reales de la participación en estos eventos sociales. Igual sólo esperaban corear "Mediterráneo", vete a saber. Me gustaría conocer su opinión, saber si tiene aficiones culturales o pertenece a esa casta de políticos (?) que sólo van cuando toca dejarse ver, o dicen que son leídos a entrevista con preguntas previas. Créame son infinidad, tantos que, finalmente, aceptamos ignorancia como animal político.
No entiendo qué hay de malo en la propuesta al Pleno, lo repito, y sí me planteo qué hay de malo en su votación, en su rechazo, en su "no", por eso le reitero mi pregunta, sin tapujos: ¿por qué no?; ¿por qué vota, como parece, contra su voluntad?; ¿qué hay más fuerte que la voluntad de una persona?. Para ayudarle voy a pronerle esta reflexión que, quizás, le ayude a comprender por qué unos perduran en nuestra memoria y otros pasan al olvido con la celeridad de la legislatura:
Hoy nos hemos despertado con la noticia del fallecimiento de Marcelino Camacho, un gran hombre, un gran sindicalista, un gran político, un líder. En su capilla ardiente una foto de grandes proporciones de este ser inolvidable y una frase enorme: Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar.

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