martes, 22 de marzo de 2011
Mangada
Tu eres una cenizo, me dice el prejubilado, no te sale una ni a derechas. Mucha mala baba lo de derechas. Me llamó una enemiga que, como servidora, tiene pretensiones políticas, más que nada por asegurarse los garbanzos, y me dijo que estaba Rajoy paseándose por la city y que se lanzaba a hacerse la encontradiza. ¡Marrana!, pensé y me eché a la calle con los mismos fines. Iba desesperada preguntándome por el itinerario cuando decidí llamar a otra amiga pedorrista, digo periodista, que me informó de los sitios de la foto y me avalancé al Paseo. Allí estaban. Me recompuse y dirigí hacia el grupo dispuesta a saltar el cordón de seguridad. Sonreí al primer cachas y guiñé un ojo al segundo y en ese momento, ¡zas! apareció él. Ion Gurutze se había anticipado robándome la foto y las pretensiones políticas. ¡Macagüen! solté por lo bajinis y el macizo de turno me apartó con una brusca suavidad dejándome embobada mirando el momento histórico en el que el presidente de un partido en extinción se abrazaba al candidato futurible de otro partido. ¿Qué podía ofrecer yo sino deudas?. Le pregunté al macizo que me había apartado si le iba a quedar un rato libre cuando acabaran la excursión lugareña. Se llevó la mano al pinganillo de la oreja y torció la cabeza.
No me doy por vencida. Aunque me hayan mangado esta oportunidad, vendrán más a pasearse y hacerse fotos turísticas. Alguno caerá; aunque tenga que pelearme con Alli o con Corpas por salir en la foto, alguna vez lo conseguiré y me verán en portada. No renuncio a mis minutos de fama. Ni a mi sueldo de política.
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