Ya me lo dice el otro: "¡Que estoy en regulación!, ¿pa qué te vas a ir a ningún lau a gastar, con lo entretenido que es esto, qué Soho ni Pigalle?: Berriozar, Paqui, como en los pueblos nada, aluego con la fresca nos vamos al baile, que parece que hay rollete secual en ese pueblo. Lo mismo pillamos menage como los políticos". Y entonces me ha venido a la mente lo de la proposición del Burguete y le he contestado: "Pues el Sayas quiere hacer censura, a ver si salimos en Tele 5 con los tomateros y nos condena Cañizares a llevarle la cola toda la eternidad (cola del traje)."
Y con esta empanada me ha dejado. Lo que hace la caló. Me voy a duchar y cambiarme para ir preparada, por si acaso, porque yo no me pondré remilgona como Yolanda: "ahora no es tiempo". Siempre es tiempo bonica, que luego se te cae todo y no te lo suben ni con silicona.
Y me voy para la ducha meditando si Yolanda no podía mediar con los polacos de Torun para que los de Microsoft hagan publicidad con el kiliki de Berriozar y el Lasa se saque unos royalties con los que pagar derechos de autor a la Sgae y así el Sayas se verá contento y nos lo encontramos en los bailables y vete tú a saber si así me entero de la identidad del, la kilikiler@ y me voy a dar unas exclusivas con las que sacarme unos euros y largarnos a Europa a jugar al corre que te pillo. ¡Qué chicharrina!
Blog de Vicente Verdú
Los viajes
Los veranos casados son veranos clausurados. Los veranos solteros y jóvenes, sin embargo, se presentaban como un reverso de la clausura y la ocasión, justificadamente apasionada, de experimentar algún cambio sentimental. Sólo sentimental, acaso. Con muchos menos desplazamientos que ahora o con apenas ninguno. Sin embargo ¿cómo comparar el atractivo de un recorrido por el mundo con el recorrido por otro cuerpo o incluso, en la consecuencia, con un recorrido sin cesar de la emoción?
Los viajes
Los veranos casados son veranos clausurados. Los veranos solteros y jóvenes, sin embargo, se presentaban como un reverso de la clausura y la ocasión, justificadamente apasionada, de experimentar algún cambio sentimental. Sólo sentimental, acaso. Con muchos menos desplazamientos que ahora o con apenas ninguno. Sin embargo ¿cómo comparar el atractivo de un recorrido por el mundo con el recorrido por otro cuerpo o incluso, en la consecuencia, con un recorrido sin cesar de la emoción?
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