Después dirán que nos empastillamos

A ver si yo lo entiendo, que soy muy burra. Si yo relato en este blog que tengo sueños eróticos con el Rey Baltasar y el kiliki de Berriozar me denuncian y me ponen una X de guarrona y de contenido para adultos.
Aparecen dos presidentes de Gobierno dando una rueda de prensa y uno de ellos se dedica diez minutos a decir que él no paga por sexo, que lo que le gusta es seducir, y otras guarrindonguerías por el estilo; que lo que hacía con esas dulces criaturas, que se las habían llevado sin él saber que las pagaban, era un casting parlamentario en una villita del mediterráneo, y tal y tal (cómo me gusta esa frase tan elaborada del difunto Gil), y no pasa niente.
Le cazan a un tal Mike Duvall, a la sazón diputado republicano por el estado de California, U.S.A., largando lo que le gusta practicar en sus ratos de ocio: "Tenía un parche como ropa interior. El otro día, el jueves, vino con él. Y habíamos hecho el amor sin parar el miércoles (...) Me está gustando darle azotes en el trasero. Sí, me gusta. Me gusta darle. Ella me dice: "Sé que te gusta azotarme". Y yo le digo: "Sí, porque eres una chica muy mala"". Y lo único que pasa es que el tipo dimite y nos suelta a modo de disculpa: "Lamento profundamente que mis comentarios inapropiados se hayan convertido en una DISTRACCIÓN para mis compañeros del Parlamento, que trabajaban en problemas serios a los que California debe hacer frente".
A ver, si nos suben los impuestos, -qué razón tiene Jorge Nagore-, y a la Cabalgata de Reyes el Ayuntamiento de Pamplona le suelta 54.000 euracos para los fastos navideños del 2009, más los gastos indirectos de personal, bienes muebles e inmuebles, qué pretenden, ¿que lo pasemos a pelo?.
Yo estoy haciendo acopio, y no con afán estraperlista, de pastillas con cargo a Osasunbidea, que ya me lo dice la doctora: "Hija mía en lugar de padecer insomnio parece que tienes bajo tu responsabilidad todo el elenco de Blancanieves con la gripe A".
Yo me hago la sueca ante sus indirectas y me dejo mecer por el somnífero con unas gotitas de Don Simón y tan pancha: Me veo arrullada por las cristalinas aguas del Mediterráneo en una isla Italiana, disfrutando en una villita sin pretensiones, donde acompañada por Baltasar y el kiliki de Berriozar nos fundimos la subvención del municipio pamplonés a la cabalgata Real. Disculparán que no entre en detalles, pero no quiero que me tachen con la X. Sólo diré que abundan el champán y los invitados, gentes sencillas y encantadoras venidas de Valencia, California y Roma. A nuestro regreso, tras pasar por el humillante puente levadizo, desde lo alto de la muralla una estricta gobernanta nos pide explicaciones de nuestro dispendio, acusándonos de querer hundir su carrera y amenazándonos con mandarnos a no se qué grupo mixto.¿Más mixtura?, pienso yo, ¿esta qué quiere?. Yo me intento justificar y le empiezo a contar que teníamos que mantener a siete enanitos y la corte, pero ella, haciendo gala de su implacabilidad, nos retira la tarjeta de residente para que no podamos aparcar las carrozas nunca más, sin pagar, y las hace trizas delante de nuestra narices cantándonos: "Tiri ti tran TAN TAN, tiri ti tran TAN TAN TAN, anda y recurre, anda y recurre, anda y recurre ante el TAN". Ante nuestro espanto y cuando nos estaba lanzando la maldición: "Sereis carnaza para los gusanos y la grúa", en ese preciso momento, un consejero que casualmente salía de misa de la iglesia de San Fermín de Aldapa y bajaba rodeando la muralla rodeado de una corte de periodistas, al vernos de esa guisa cree que estamos rodando una película de época-ficción, -no sé cuál, no me pregunten, una-, y tras posar con nosotros para unas fotos nos saca de allí en volandas y nos suelta una subvención, con la que, nuevamente, nos largamos a nuestro paraíso mediterráneo a rodar un film de distribución restringida.
No me digan que no hay que estar agradecidos a los políticos, que alegran nuestras humildes vidas con ensueños semejantes.