lunes, 8 de junio de 2009

Velinas

Con toda la mandanga Berlusconiana en su idílica y privada villa, con todo el escándalo de las fotos que revelan lo conocido, cuando vemos cómo los césares se comportan como tales y el hombre se aprovecha de su condición para dedicarse al dulce placer de la orgía, cuando todo el mundo se echa las manos a la cabeza viendo presidenciales erecciones y velinas ofertándose al sol y diciendo públicamente que continúan siendo vírgenes, yo me escandalizo de la triste condición de la mujer en esa situación.
Nos escandalizamos del padre muerto de hambre que intenta vender a su hija, incipiente actriz oscarizada que sigue en la miseria, nos escandalizamos de las bodas concertadas, de la prostitución, del aborto. Pero nadie se escandaliza, aparentemente, de los padres que van a las fiestas del César acompañados, no de sus esposas, o parejas, sino de sus hijas, ofertando las vestales al "dragón". Por lo visto, lo mejor que se puede hacer con la niña es colocarla de velina, tal vez, con un poco de suerte, la retire un rico hacendado y pueda dedicar el resto de su vida a limarse las uñas, o aún mejor, que le hagan la manicura para estar bella, siempre bella y deseable.
¿En qué se quedó la liberación de la mujer?¿Dónde estamos?

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